República romana, Anónimo. Años 500-300 Ac. Aes Formatum fundido en forma de concha de vieira, ceca italiana incierta, cobre 31,9 MM - 29.1 Gramos
Vecchi ICC pl. 90,5, Fallani pl. 6.
El término aes formatum se mencionó por primera vez en el estudio principal y la publicación de 1910 de la acuñación de bronce fundido de la antigua Roma titulada Das Schwergeld Rom und Mittelitaliens, de Ernst Haeberlin. En este Estudio el autor utiliza el termino para darle nombre a los primeros lingotes de cobres con forma.
Grueber no usa el término aes formatum en “Monedas de la República Romana en el Museo Británico”, pero describe algunos ejemplares de aes formatum como "intermedios entre el aes rude y el aes signatum.
Los romanos no comenzaron a utilizar la moneda hasta siglos después de su fundación e incluso después de la instauración de la República. En aquella sociedad, las primeras transacciones se realizaban en especie, haciendo pagos con ganado (pecunia) de todo tipo y cereales. En cuanto a los metales, casi no se usaba el oro o la plata (pues ambos son metales escasos en Italia), sino que se utilizaba el bronce.
En un principio, entre los siglos V y IV a.C. tuvo lugar una evolución en la forma del metal utilizado para los pagos e intercambios, Esta cronología se reduce básicamente a tres tipos de lingotes de bronce. Al principio se utilizaron los llamados Aes rude, que consistían en fragmentos de bronce sin forma, estas piezas no tienen un peso preciso ni tamaño. El segundo tipo ya es fundido en moldes con distintas formas y con pesos un poco mas precisos, son las que en la actualidad llamamos Aes Formatum, y no poseen inscripción. Por ultimo y antes de las primeras monedas con forma redonda, aparece el Aes Signatum, que consiste en barras rectangulares de gran tamaño con peso preciso y con diversas imágenes e inscripciones.
Los sitios donde se han encontrado los Aes Formatum comprenden desde el centro de Italia, incluidos Aria, Cervetari, Cere, Etruria y Cerdeña, hasta España, Gran Bretaña y otras zonas de Europa, África e incluso China. Esto demuestra la expansión del comercio de la Republica Romana
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República romana, Anónimo. Años 500-300 Ac. Aes Formatum fundido en forma de concha de vieira, ceca italiana incierta, cobre 31,9 MM - 29.1 Gramos
Vecchi ICC pl. 90,5, Fallani pl. 6.
El término aes formatum se mencionó por primera vez en el estudio principal y la publicación de 1910 de la acuñación de bronce fundido de la antigua Roma titulada Das Schwergeld Rom und Mittelitaliens, de Ernst Haeberlin. En este Estudio el autor utiliza el termino para darle nombre a los primeros lingotes de cobres con forma.
Grueber no usa el término aes formatum en “Monedas de la República Romana en el Museo Británico”, pero describe algunos ejemplares de aes formatum como "intermedios entre el aes rude y el aes signatum.
Los romanos no comenzaron a utilizar la moneda hasta siglos después de su fundación e incluso después de la instauración de la República. En aquella sociedad, las primeras transacciones se realizaban en especie, haciendo pagos con ganado (pecunia) de todo tipo y cereales. En cuanto a los metales, casi no se usaba el oro o la plata (pues ambos son metales escasos en Italia), sino que se utilizaba el bronce.
En un principio, entre los siglos V y IV a.C. tuvo lugar una evolución en la forma del metal utilizado para los pagos e intercambios, Esta cronología se reduce básicamente a tres tipos de lingotes de bronce. Al principio se utilizaron los llamados Aes rude, que consistían en fragmentos de bronce sin forma, estas piezas no tienen un peso preciso ni tamaño. El segundo tipo ya es fundido en moldes con distintas formas y con pesos un poco mas precisos, son las que en la actualidad llamamos Aes Formatum, y no poseen inscripción. Por ultimo y antes de las primeras monedas con forma redonda, aparece el Aes Signatum, que consiste en barras rectangulares de gran tamaño con peso preciso y con diversas imágenes e inscripciones.
Los sitios donde se han encontrado los Aes Formatum comprenden desde el centro de Italia, incluidos Aria, Cervetari, Cere, Etruria y Cerdeña, hasta España, Gran Bretaña y otras zonas de Europa, África e incluso China. Esto demuestra la expansión del comercio de la Republica Romana
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