Imperio Bizantino
Pendiente de Cruz
(Siglo V a VII DC)
Bronce
32,1 MM - 2,46 Gramos
ET: 1649
Aclaración: Se entrega 1 solo pendiente, la foto es de ambos lados del mismo
Los pendientes en forma de cruz fueron una de las joyas más distintivas del arte y la religiosidad bizantina, combinando belleza, fe y estatus social. Su uso se generalizó entre los siglos VI y XII d.C., especialmente entre mujeres de la aristocracia y la alta sociedad, aunque también existían versiones más simples destinadas a los sectores populares.
Estos pendientes no eran meros adornos, sino que funcionaban como símbolos de devoción cristiana y de protección espiritual. La cruz, principal emblema de la fe bizantina, representaba la victoria de Cristo sobre la muerte y actuaba como un amuleto contra el mal. Su uso en joyería demostraba la estrecha relación entre religión y vida cotidiana en Bizancio, donde la espiritualidad impregnaba incluso los objetos personales.
En cuanto a su fabricación, los pendientes en forma de cruz se elaboraban principalmente en oro y plata, a menudo decorados con granates, perlas, zafiros o esmaltes cloisonné, técnica típica del arte bizantino. Algunos modelos presentaban cruces colgantes articuladas o pequeñas cruces latinas o griegas suspendidas de engarces en forma de aro o disco, lo que les daba movimiento y brillo.
Estos adornos reflejaban no solo la fe cristiana, sino también el prestigio y la sofisticación artística del Imperio Bizantino, donde la joyería alcanzó un alto grado de refinamiento. Así, los pendientes en forma de cruz unían en un solo objeto la devoción religiosa, el gusto estético y la afirmación del rango social de quien los llevaba.
$87.000,00
Imperio Bizantino
Pendiente de Cruz
(Siglo V a VII DC)
Bronce
32,1 MM - 2,46 Gramos
ET: 1649
Aclaración: Se entrega 1 solo pendiente, la foto es de ambos lados del mismo
Los pendientes en forma de cruz fueron una de las joyas más distintivas del arte y la religiosidad bizantina, combinando belleza, fe y estatus social. Su uso se generalizó entre los siglos VI y XII d.C., especialmente entre mujeres de la aristocracia y la alta sociedad, aunque también existían versiones más simples destinadas a los sectores populares.
Estos pendientes no eran meros adornos, sino que funcionaban como símbolos de devoción cristiana y de protección espiritual. La cruz, principal emblema de la fe bizantina, representaba la victoria de Cristo sobre la muerte y actuaba como un amuleto contra el mal. Su uso en joyería demostraba la estrecha relación entre religión y vida cotidiana en Bizancio, donde la espiritualidad impregnaba incluso los objetos personales.
En cuanto a su fabricación, los pendientes en forma de cruz se elaboraban principalmente en oro y plata, a menudo decorados con granates, perlas, zafiros o esmaltes cloisonné, técnica típica del arte bizantino. Algunos modelos presentaban cruces colgantes articuladas o pequeñas cruces latinas o griegas suspendidas de engarces en forma de aro o disco, lo que les daba movimiento y brillo.
Estos adornos reflejaban no solo la fe cristiana, sino también el prestigio y la sofisticación artística del Imperio Bizantino, donde la joyería alcanzó un alto grado de refinamiento. Así, los pendientes en forma de cruz unían en un solo objeto la devoción religiosa, el gusto estético y la afirmación del rango social de quien los llevaba.
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